jueves, 17 de marzo de 2016

Dios me rescató de las discotecas.

 "Precio, recibieron en ti para derramar sangre; interés y usura tomaste, y a tus prójimos defraudaste con violencia; te olvidaste de mí, dice Jehová el Señor". Ezequiel 22:12.


 Durante una época de mi vida fui adicta a las discotecas y al mundo de la noche.
 Empecé a salir con 16 años, estuve más de 10 años de mi vida malgastando mi tiempo, invirtiéndo mis sentimientos en lugares oscuros para agradar a personas que en realidad me usaban.
 Amor, amistad... Sinceramente no lo encontré.
 Llevaba faldas de pocos centímetros y escotes para impresionar a las personas a mi alrededor.
 Bailando en todas las discotecas que podía alrededor de Madrid.
 ¡Incluso trabajé como bailarina en las discotecas!.
 ¡Que ridículo!.
 Yo era una mujer que defendía los derechos de la mujer, pero yo misma me denigraba siendo carne, presa para los carniceros de la noche.
 Se suponía que nos divertíamos pero hoy sé la realidad: La realidad es que todos estábamos disfrazados en una "fiesta" en la que lo normal era ocultar los verdaderos sentimientos. Engañando y siendo engañados por otros.
 Noches locas llenas de drogas, alcohol, rodeada de muchos, muchos que te aplauden por denigrarte, emborracharte, drogarte...
 Soledad, extrema soledad, siempre acompañada, pero siempre vacia.
 Comprando y vendiendo carne a cambio de nada, a cambio de ira, frustración.
 Muchos se extrañan de que hoy no corra con ellos en su desenfreno.
 Pero, ¿que le voy a hacer?.
 Conocí a alguien mejor, muchísimo más excelente, que me amó y me eligió en medio de toda esá oscuridad, en medio de ésa falsedad, en medio de ése ruido: JESUCRISTO.
 No sé cuántas peleas tuve, cuantas borracheras, todas las veces que acabé drogada, abusada... ¡Incluso una vez me caí de un coche en marcha!.
 ¿Merece la pena?.
 No.
 Una vez un chico me siguió hasta el baño de las chicas, me puso un cuchillo en el cuello quería abusar de mí, pero Dios usó a una persona de Gunea Ecuatorial que bajó al baño y le encontró a este individuo con el cuchillo en mi cuello, gracias a eso pude escapar.
 He conocido tantos lobos, tantas personas dañadas por el mundo de la noche, tanta falsedad y aparentar.
 Risas huecas, risas vacías, risas sin sentido, sólo para camuflar el dolor de adentro.
 Buscando amor y aceptación en todos los lugares equivocados.
 Sobreviví a todo eso, Dios me puso por encima, me dió dignidad y volé más alto como las águilas por su gran misericordia.
 No importa lo mucho que una persona intente negarlo, te aseguro que la verdadera felicidad no está en el mundo de la noche.
 Si tienes que disfrazarte, ponerte tantas capas para agradar a otros, no merece la pena.
 Me pregunto cuanta gente sale hoy a las discotecas al igual que yo lo hacia, sin verdadera identidad, sólo siguiendo roles que muchos fracasados y destrozados dejaron.
 Una huella que denigra al ser humano.
 Vender el alma porque todo el mundo lo hace.
 Dios es bueno.
 ¡Cuánto dolor me ha evitado!.
 Llevo tiempo sin salir a las discotecas, no tengo la necesidad, me duele ver como se pierde tanta gente de esta generación para que otros se "diviertan" y se enriquezcan a cambio del dolor y la denigración del ser humano.
 Pero me queda la esperanza de la bondad y misericordia de Dios de que sólo él puede cambiar los corazones de piedra, al igual que hizo conmigo lo hace con todos los que se dejan moldear por él.
 Lo único bueno que me llevé de ésas experiencias: Conocí al hombre que hoy es mi esposo.
 Pienso en todo...
 ¡Es tremendo como Dios transforma!.
 Mi mensaje para las personas que aún caminan en ésa oscuridad:
 ¡Convertíos a Dios!.
 ¡Sólo él puede sanar, restaurar y salvar!.
 ¡Sólo él mejora las vidas en todas las áreas!.
 ¡Sólo Cristo!.
 ¡Gracias Dios!.

 "... Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos". Zacarías 1:3.

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