martes, 19 de enero de 2016

Aborto.


 Hace años asesiné a mi bebé... Esta mañana me he despertado pensando en ello. Creo que es tiempo de quitarme las caretas y las capas del exterior para mostrar mi interior.
 Todo lo que me hizo tomar la decisión de abortar, los miedos, el temor al rechazo, el temor de decepcionar a otros, no estar segura de querer al bebé, etc. No merecían la pena.
 Hace poco estuve en el baby shower de una amiga y por primera vez pude compartir con otras mujeres el hecho de haber abortado.
 Alguien me dijo una vez que Dios ve igual a un mentiroso que a un violador y a un asesino... Un pecado es un pecado, estoy convencida de ello.
 Durante mucho tiempo me he condenado, durante mucho tiempo he pensado en como habría sido tener a mi bebé, como habría sido su cara, niño o niña, si se habría parecido a mí... Nunca lo sabré.
 Estoy en proceso de restauración, dejando que Dios el Amado de mi vida perfeccione lo que empezó en mí.
 Tengo un Gran Padre Celestial que es capaz de perdonar a un mentiroso, a un violador y a un asesino.
 Quiero animar a todas las mujeres que están pensando en abortar a que no tomen ésa decisión.
 Lo fácil es huir de las responsabilidades, huir del que dirán, tener miedo... Pero es de valientes arriesgarse a traer una vida al mundo y no comprometer ése amor por el que dirán o por las miradas de personas que no comprenden que Dios ama la vida.
 Desde el momento que tu bebé está en ti ya es un ser vivo, aveces pensamos que los asesinos son solo los que matan con pistolas o cuchillos, pero te animo desde aquí que no mates a tu bebé.
 Puede que duela y no comprenda todo, pero sé que la gracia de Dios no sirve de nada en la vida de uno si no vas a libertar a otros.
 Hay algo que ningún médico, ningún psicólogo puede darte: Sanidad de tu alma después del aborto, sólo Cristo Jesús.


  "El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia".
                                    San Juan 10:10.



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