jueves, 22 de enero de 2015

La importancia de hablar...

 "Joab respondió:
 - ¡Vive Dios, que si tú no hubieras hablado, el pueblo habría dejado de perseguir a sus hermanos desde la mañana". 2 Samuel 2:27.


  Hay ocasiones en las que Dios no nos permite hablar y otras en las que sí, pero decidimos quedarnos callados ante la injusticia, la opresión, la falsa ética moral por miedo a que nos critiquen, abandonen, por miedo a ser rechazados.
 Pero, de algo estoy segura: Dios nunca te envia a hacer nada, absolutamente nada si no te capacita para ello.

  "Y yo dije:
 -¡Oh SEÑOR Dios! He aquí que no sé hablar, porque soy un muchacho.
 Pero el SEÑOR me dijo:
 -No digas : "Soy un muchacho"; porque a todos a quienes yo te envíe tu irás, y todo lo que te mande dirás. No tengas temor de ellos, porque yo estaré contigo para librarte, dice el SEÑOR". Jeremías 1:6-8.  

 El silencio es algo bueno, algo necesario, pero aveces Dios quiere que seamos violentos (El Reino de los cielos sufre violencia, sólo los valientes lo arrebatan).
 En esta semana, he aprendido la importancia de ser sensible a la Voz del Espíritu Santo y a obedecer aún cuando me parezca una locura incluso a mí.
 Dios es TREMENDO.
 Como por escucharle, he sido capaz de ayudar a una persona que estaba siendo manipulada, maltrada... ¡De okupa en su propia casa!.
 Sólo sé que no soy mía, que le pertenezco a Dios, el Dios que creó el mundo, el universo, el Dios que es el mayor estratega... ¿Cómo no íba a tener hijos con estrategias?.
 Gracias SEÑOR que tu libras al desamparado, que tú usas lo más vil para avergonzar a los sabios.

 "Abre tu boca por el mudo en el juicio de todos los desafortunados. Abre tu boca, juzga con justicia y defiende al pobre y necesitado". Proverbios 31:8-9.

     
     


 

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