miércoles, 9 de octubre de 2013

El amor al prójimo

 "En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.
 Porque esto es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros". 1 Juan 3:10-11.

 "Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. 
 Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?
 Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano". 1 Juan 4:20-21.

 Me preguntaba: ¿Cómo vamos a dar amor al prójimo si no nos amamos a nosotros mismos?.
 ¿Cómo puedes apreciar la grandeza y la belleza que Dios ha puesto en tu prójimo si no eres capaz de valorar, respetar y honrar todo lo que Dios ha puesto en ti?.
 En realidad, sólo podemos dar lo que tenemos.
 Y el amor puro no puede ser fingido.
 Estoy comprendiendo que para amar al prójimo, uno debe amar a Dios por encima de todo para poder amar, valorar y respetarse a uno mismo y así poder ver con claridad el amor de Dios en otros.
 ¿Cómo vas a compartir el amor de Dios con otros si no comprendes que para Dios tu eres especial, un tesoro valioso?.
 "El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor". 1 Juan 4:8.
 ¿Quién es tu prójimo?.
 Tu padre, tu madre, tus hijos, tu esposa, tu esposo, tu abuelo, tu abuela, tus primos, tus sobrinos, tus compañeros de trabajo, tus profesores, el cajero, tus vecinos, tus enemigos, tus amigos, el resto de los habitantes del mundo, todos son tus prójimos.

 "Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.
 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos". San Marcos 12:29-31.
 

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